martes, 21 de septiembre de 2010

Las cataratas de Niagara

Situadas en el rio del mismo nombre, las cataratas del Niágara forman un grupo de grandes cascadas y cataratas en la parte oriental de la frontera entre Canadá y Estados Unidos. Estos famosos saltos de agua no destacan por su altura, sino más bien por su amplitud y afluencia de agua que proviene de los grandes lagos de Norteamérica. Sin duda una maravilla en la Tierra que hay que ver alguna vez en la vida.
Las Cataratas del Niágara están formadas en verdad por tres cataratas: Las «cataratas canadienses» (Ontario), las «cataratas americanas» (Nueva York) y las «cataratas Velo de Novia».
Las raíces históricas de las cataratas del Niágara se encuentran en la glaciación, la cual culminó hace unos 10.000 años. Tanto la región de los Grandes Lagos de Norteamérica como el Río Niágara son efectos de esta glaciación continental. Fue un enorme glaciar que avanzó sobre el área oriental de Canadá como una gran excavadora moliendo rocas y suelo, removiéndolos y profundizando algunos canales de ríos hasta convertirlos en lagos. De esta manera, aquel pequeño río se convirtió en las cataratas más conocidas del mundo.
El nombre «Niágara» es originario de una palabra iroquesa que significa «trueno de agua». Los habitantes originarios de la región eran los ongiara, una tribu iroquesa llamada los neutrales por los conquistadores franceses, quienes encontraron en ellos ayuda como mediadores de disputas con otras tribus.
Además de su belleza y espectacularidad, las cataratas del Niágara son muy útiles para obtener energía hidráulica, y fomentan el turismo de la zona. Sobre todo de dos ciudades: Niagara Falls (Nueva York) y Niagara Falls (Ontario).



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